Muchas son las noticias, especulaciones y demás comentarios que se han publicado y dicho en los medios de comunicación, y a cual más catastrófica.
Intentar comparar la situación de ahora con el caso Lehman Brothers es irreverente y absurdo, dado que los escenarios son totalmente distintos.
En resumidas cuentas, la anterior crisis financiera fue resultado de un abuso sistemático sobre sobre la capacidad financiera de los bancos y de las personas físicas. Es decir, fue un problema totalmente del sector privado, con lo que los gobiernos se mantuvieron, en todo lo posible, ajenos, y la ayuda llegó por la presión de un sector, el bancario, al que todos los gobiernos le deben mucho.
En este caso, el problema no está vinculado al sector privado, sino al sector público. Como ya he comentado en otras ocasiones, la aparición de las monedas digitales de los bancos centrales, CBDC, supondrá un alivio financiero a las deudas millonarios de los propios estados. Pero el proyecto de ejecución de dicha transformación se ha retrasado dos años por problemas técnicos y no por causas de presiones sobre los gobiernos del sector privado. Las CBDC son un hecho y su ejecución en el 2025, si no vuelven a tener problemas como el año pasado, 2022, las tuvo China, será también un hecho.
Este retraso de dos años estrecha el cerco sobre las deudas de los gobiernos, en especial, los occidentales cuyos cálculos no tuvieron en cuenta estos retrasos, lo que ha provocado la necesidad de acudir de formas distintas al sector bancario para obtener una ayuda financiera que, en el caso de la Reserva Federal Americana ha sido a través de los bonos.
La crisis de los bonos supone un problema de gobierno o estado y no de la banca. Si los bancos observaran una pasividad por parte del gobierno de los Estados Unidos y pusieran a la venta los bonos del gobierno, la deuda americana entraría inmediatamente en bono basura, lo que llevaría a graves problemas a un gobierno, ya en sí mismo, en quiebra.
La Reserva Federal se encargará de ayudar de forma directa o indirecta a los bancos americanos con mayor debilidad económica, ya que no es un problema financiero, sino de liquidez. Las posibles fórmulas son de puro rescate o por el contrario, y como han hecho en otras ocasiones, de presionar a los grandes bancos a fusiones que salven las carteras de clientes, que será posiblemente la fórmula que a medio plazo resuelvan, dado el plan futuro de las CBDC.
Lo sucedido en Estados Unidos es algo que difícilmente ocurra en Europa dado que las fórmulas usadas en el viejo continente son menos liberales y más sociales, es decir, la solución de la UE siempre viene desde la presión fiscal e impositiva a través de cargas directas o indirectas, lo que reduce la posibilidad de escenarios similares.
La histeria colectiva generada por medios de comunicación ignorantes de la realidad financiera internacional, sus intenciones de generar pánicos colectivos de los que se alimentan y su bajo criterio ético, junto con profesionales financieros del sector ávidos de su cuarto de hora de gloria, han llevado a las bolsas y a las sociedades a entrar en una vorágine absolutamente absurda e infundada.
Las CBDC que serán una realidad en el 2025 llevarán a los bancos a una nueva perspectiva de sus futuros, dado que las reglas cambiarán, por lo que para los estados, cuantos menos bancos haya en ese momento será mucho mejor, para minimizar la visión del impacto que generarán las nuevas monedas, por lo que sin afectar a los clientes bancarios, el futuro de algunos bancos puede ser incierto, pero no el de sus carteras y sus fondos que serán en todo momento rescatados por medio de fusiones o rescate directo.
Y para los más ingenuos, recordemos que, con las CBDC desaparecerá el papel moneda por lo que realizar salidas de fondos de los bancos, simplemente, favorecerá la desaparición de dichos fondos, si los mismos no están registrados en hacienda, ya que en esta ocasión no van a realizarse amnistías fiscales ni actos similares que permitan aflorar el 85% de los dólares americanos y más de un 32% de los euros, que irán directamente a las arcas y a la cobertura de deuda de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo.
Mi mensaje es simple y reiterativo, ojo con todas las noticias que abunden en el histerismo y en la paranoia colectiva, sólo ayuda a vender más desinformación, pero no ayuda a que la vida siga su curso como hoy, un día después de la crisis, ha vuelto a los mercados y a la industria.
Donde está el futuro, en la inversión en proyectos innovadores, proyectos de gobierno y programas financieros. Y la vida seguirá sin los sobresaltos que los medios nos venden.
Raul Toro
Muy acertado este articulo, ya que junto a la inflación y al papel moneda no declarado a hacienda de las personas guardando bajo el colchón, los gobiernos pagan sus enormes deudas y los bancos centrales justificación su intervención directa con los usuarios.